Y tú lo dejaste ir
Ya lo habíamos encontrado.
Ya lo teníamos: lo que el mundo entero buscaba y deseaba y escribía canciones al respecto y películas y poemas y hasta nombró guerras por obtenerlo.
Lo encontramos.
Lo teníamos.
Y lo obtuvimos sin tanto esfuerzo en un principio, nos deslizamos naturalmente por el cauce de la vida y cuando menos nos dimos cuenta, lo teníamos.
Mas que nadie, lo encontramos puro, por accidente.
Y no solo lo encontramos, lo trabajamos, lo mejoramos, lo usamos, lo aprovechamos, lo disfrutamos.
Y lo dejaste ir.
Y está bien, aunque no sepa bien y tampoco sepa bien porqué, pero tengo unas cuantas teorías que tienen mucho sentido en mi cabeza.
Lo dejaste ir porque en el fondo no lo querías.
O puede ser que le tuvieras miedo al éxito.
Talvez lo querías más tarde y peleaste con el timing de la vida hasta que decidiste ganar por la fuerza.
La que más resuena en mi cabeza es que no tenías la madurez para recibir tanto y comprometerte con tanto.
Y eso está bien.
Pero lo dejaste ir.
Y aunque no fuera perfecto, era real.
Y yo no tuve mucho decir y se me fue arrebatado de las manos eso que yo si quería, que hasta llegué pensar que lo tendríamos para siempre.
Y no quiero publicar esto porque no quiero que lo encuentres y creas que es el inicio de un mensaje peligroso, pero es que lo dejaste ir y ya no se recupera, ni siquiera con un café.
Y el juego de la vida es, talvez, volver a encontrarlo.
Pero encontrarlo es difícil, verás, si fuera fácil, nos habríamos ahorrado un par de guerras, unas películas, unas canciones y unos poemas.
Si fuera sencillo, no existiría ni siquiera el arte.
Si fuera sencillo, nos aburriríamos de jugar el juego y tomaríamos la siguiente salida.
Entonces aquí estoy de nuevo, recuperándome de haberlo perdido y aprendiendo de ti para descifrar cómo dejarlo ir y empezando a asomarme de nuevo por la pared de la esquina al mar de crucigramas y cervezas incómodas que deberé sobrellevar para ver si algún día lo volveré a encontrar entre las discotecas de Madrid.
Y aunque la lógica en mi cabeza entienda estas palabras, al corazón solo le dan ganas de gritar: YA LO HABIAMOS ENCONTRADO Y TU LO DEJASTE IR.
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