Si el Coronavirus hubiera empezado en Colombia

Si el Coronavirus hubiera empezado en Colombia

Primero que todo, no hubiera sido consecuencia de una sopa de murciélago como dice la leyenda, hubiera sido una morcilla mal cocinada. Sí, así como lo leen, una morcilla con coágulo… perdón a los que se vomitaron un poquito con la palabra coágulo pero esa es la realidad ficticia, no tan ficti de lo que comemos en Colombia. Coágulo. No hubiera empezado en Bogotá. Realmente hubiera tenido de epicentro a Nariño. ¿Por qué Nariño? Porque yo digo y es mi cuento hipotético.

Y nadie se hubiera dado cuenta.

Todo habría seguido igual hasta que todo estuviera de-ma-sia-do grave. Entonces “de Pasto pal mundo”, como diría algún reggetonero de la zona, se esparciría eventualmente el virus. Y la gente se enfermaría y la gente moriría y la economía ni se enteraría, al principio. Pero luego los números serían exorbitantes, hipérboles, desbordados y hasta pomposos. En Colombia, las EPS y prepagadas enviarían a las personas a la casa con agua e panela y acetaminofén. En los casos de fallecimiento, se culparía al sistema por burócrata, al paciente por no seguir las indicaciones, al médico por falsificar el diploma y hasta a las otras enfermedades, haciéndolas falsas positivas del problema. Algo similar pasaría similarmente en los países similares, uds saben cuales son así de... similares. Hasta que finalmente en algún salón de clases de alguna universidad Ivy League, se haría un caso de estudio de una presunta neumonía. Pero aquel profesor junto con sus estudiantes miti genios y miti millonarios, se darían cuenta que no es neumonía, sino un virus nunca antes visto con forma de pelota de jardín infantil. Entonces saldría el artículo en las revistas de investigación y el profesor cobraría todo el crédito de aquel virus. ¡El virus que NOSOTROS hicimos! El colmo.

Y, la verdad, le seguiría valiendo poco al mundo. Sería comentario de coctel del club. Pero poco a poco se harían más pruebas a más personas. Se comenzaría a conectar la creciente de ataques asmáticos y muertes por neumonía con el nuevo virus.

¿Será?

¿Será que lo que mató al abuelo fue el virus y no los 78 años de cigarrillo?

Ok talvez no.

Sólo entonces, explotaría el virus y sólo hasta su conocimiento, se volvería viral aquel virus que llevaba siendo viral por meses enteros. Empezarían los expertos a hablar, los memes a brillar, las comparaciones entre la morcilla y el negro de WhatsApp a generar discordia y las teorías conspirativas a rodar y a confundirse con los fake news. Eventualmente, una teoría comenzaría a dictaminar “Colombia como país donde se originó el virus”. Entonces, se le cambiaría el nombre al virus; ahora se llamaría Águilavirus, para respetar el lineamiento inicial y hacer mención de algún animal nacional (Argumento de Aida Merlano que fue aceptado por alguna razón como su diseño de sonrisa). A Colombia ya no se le conocería como el país de la coca y Pablo Escobar, sino por un ¡Uy! ¿Es no es el país del Águilavirus? Las ventas de café decrecerían por un fake news del café como portador del virus y las chicas Águila en bancarrota terminarían haciendo campañas de tapabocas, usando sólo tapabocas. Los colombianos revueltos entre sentimientos de extrañeza, incredulidad y altivez, empezaríamos por lo primero. 

¿Quién cocinó mal la morcilla? ¿Cuál es la empresa productora de dicha morcilla? ¿Cuál empleado no coló el coágulo? ¿Es coágulo o cuágulo? ¿Cuál fue el cerdo miserable con colesterol alto que nos jodió a todos? ¿Esta es la paz de Santos? ¿De qué me hablas viejo?

El periodo de echar culpas nunca cesaría realmente, pero iniciaría un nuevo periodo por algún pensante: 

¿Y ahora qué?

Desde el emprendedor que ahora vendería cremita de marihuana que cura el Águilavirus, pasando por el millennial uniandino que abre otra app más de hacer mercado a domicilio, hasta el médico que se niega a atender a uribistas, e incluyendo a los que critican todas las medidas del gobierno porque viven del día a día, ¿Llegaríamos a un mismo final?

No sé.

El final está por verse.