Ella es mi roca
Cursi de lo cursi. Vale huevo. Hoy quiero brindar por ella y como todo buen brindis viene alguito de cursilería para hablar desde el cora.
Es como si hubiera estudiado psicología, psiquiatría, mecánica, costura, teología, culinaria, negocios, pintura, decoración y enfermería. Pero no estudió nada de eso; ella se encargó de vivir. Y cuando digo vivir no me refiero a farras locas y placeres descualqueirados, me refiero a disfrutarlo todo, a entenderlo todo y sobretodo a sufrirlo todo. Ella es la evidencia pura y dura de que la vida se afronta (y que frente la que me heredó para dicho fin); que cuando se acepta el dolor hay espacio para la felicidad.
No hay sentimiento igual a llegar llorando y encontrar consuelo real. Ella tiene las palabras. Ella tiene los gestos, ella hace los sacrificios, ella te apoya, ella te protege. Es ella quien sale y da la pelea y se enfrenta hasta la misma guillotina por uno. Ella es la que lo levanta, lo sacude y le da una palmadita seguida de un “ánimo carajo”. Es ese calorsito de tierra caliente que entra por la ventana a calentarte la piel de gallina. Es saber que hay una persona en el mundo que lo deja todo de lado porque cree que los sentimientos de una persona valen todo. Y sí. Que, así como derrama preocupación y temerosidad, se desborda en amor.
Y al vivirlo, vivirlo de verdad, lo aprendió.
Aprendió como manejar a las personas más difíciles, las situaciones, los sentimientos, los pensamientos, los aburrimientos, y no miento cuando digo que hasta los agradecimientos.
Aprendió a no dejarse empujar, pero aprendió a caerse.
Aprendió a levantarse como nadie y aprendió a transmitir esa fortaleza dulce, esa entereza brillante y esa solidez de corazón de carne, sin ni siquiera enseñarlo, solo mostrarlo. Porque jamás alardea de sus cualidades, solo las emana para que uno las respire y se construya para ser un poquitico como ella.
Y por eso es que me paro hoy. STAND UP. Porque tengo el ejemplo, porque tengo la compresión y porque “ánimo carajo”, porque Dios la usa para hablar; simplemente porque ella es mi roca.
Salud
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